Tenía 25 años y fue uno de los bomberos que resultaron heridos en la explosión de un silo. Su hermano lo recuerda como un luchador y el orgullo de su familia.
Según los cálculos de Richter, Bolivia pagó un sobreprecio de alrededor del 30% en cada litro de combustible durante cuatro años. Esto se traduce en una pérdida de 3 millones de litros diarios en relación con los costos reales del mercado.
Varios de estos "peces gordos" vivían de forma ostentosa, mimetizándose con la sociedad boliviana como empresarios o ganaderos, hasta que las autoridades lograron sus capturas.